Fotografías post mortem

La fotografía de difuntos fue una práctica que nació poco después que la fotografía (un 19 de agosto de 1839) en París, Francia, que luego se extiende rápidamente hacia otros países. La práctica consistía en vestir el cadáver de un difunto con sus ropas personales y participarlo de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo individualmente. La fotografía mortuoria no era considerada morbosa, debido a la ideología social de la época del Romanticismo. En dicho período se tenía una visión nostálgica de los temas medievales y se concebía la muerte con un aire mucho más sentimental, llegando algunos a verla como un privilegio.

Esta foto fue tomada en galicia



Probablemente se trata de una familia de los alrededores de Santiago. Un clan muy humilde que ha perdido a la matriarca. El viudo se sienta a la cabecera del féretro, y a duras penas disimula su estado de ánimo. Los demás, hijos, yernos, y al fondo quizás vecinos, sobre todo mujeres cuando los hombres emigraban, se alinean vestidos de luto tras la caja, con seriedad y entereza.

Las fotos de en torno a 1900 requerían un largo posado. Las familias pobres sólo podían pagar un retrato, que les costaba el jornal de una semana, y la visita del hombre de la cámara era un acontecimiento solemne.

Ahora esta imagen está expuesta en un bar de Santiago. Y si los descendientes de los que aparecen retratados no entran a desayunar un café con churros será imposible recomponer la historia.

No se sabe quienes eran ni nada, no se tiene pistas de esta familia solo la foto.





























































































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